El propósito común de las iniciativas internacionales, regionales y locales mencionadas es alcanzar un nivel de formación doctoral que califique la ulterior actividad de los graduados al frente de proyectos de investigación, y de forma concomitante, que perfeccione la capacitación epistemológica y la actualización temática para las actividades de enseñanza de grado y posgrado, procurando una formación crítica y revisión continua del estado del arte.

La formación doctoral se orienta a perfeccionar la aptitud para la actividad en investigación, calificando al doctorando para formular y dirigir proyectos de investigación, preferentemente integrados al sistema nacional de investigación e inserto en las redes generadoras de nuevos conocimientos, tanto globales como regionales.

El propósito central del presente proyecto es ofrecer una propuesta académica destinada a formar investigadores capaces de actualizar y profundizar en forma continua el saber correspondiente a estas esferas disciplinares.

Todo ello se inscribe en una tradición donde la carrera de Arquitectura –correspondiente al nivel universitario de grado– ha quedado connotada en una modalidad que al menos en el último siglo moderno es de carácter profesionalista, cuyo énfasis está centrado en la formación de graduados preferentemente aptos para brindar servicios profesionales a las demandas sociales tanto públicas (dominantes en los modelos de estados de bienestar de mediados del Siglo XX), como privadas (prevalecientes en las últimas tres décadas).

Como consecuencia de dicha tradición debe reconocerse que resulta escaso el desarrollo de planteles e institutos investigativos al interior de las Facultades de Arquitectura, así como la formulación de enfoques teóricos comprehensivos y de adecuada consistencia epistémica, cuyo desarrollo es necesario frente al predominio de prácticas profesionalistas. Los procesos de globalización y el predominio de las demandas privadas de servicios profesionales han impactado dominantemente en la formación de grado con tendencia a una excesiva modelización del pensumde las carreras con el objetivo de formar graduados aptos para poder competir en tal escenario.

La consideración de las características de la formación de grado lleva a proponer una instancia formativa que la profundice, que potencie los procesos cognitivos de la investigación específica en las esferas disciplinares, brindando instrumentos para una comprehensión estructural del campo específico y para conocer su complejidad y su imbricación con fenómenos culturales globales de la historia presente (como la comunicación, la sustentabilidad, la memoria, el capitalismo inmaterial o cognitivo o el llamado posfordismo de las nuevas formas de la producción globalizada), así como capacidad para construir relatos o textos explicativos del estado de la disciplina en su complejidad actual y en sus relaciones con tales problemáticas civilizatorias y culturales contemporáneas.

La propuesta doctoral está enfocada a capacitar al doctorando para entender la complejidad disciplinar emergente, sus relaciones con aquellos temas contemporáneos dominantes y formarlos –mediante la clarificación de los temas-problemas cruciales que deben conocerse mejor, así como sus formas de aprehensión epistemológica y metodológica– para que puedan construir relatos o textos explicativos de esa fenomenología que les permitan describir estados de situación, como proponer vías innovadoras de solución o mejoramiento.

Tales textos o relatos son en definitiva lo que cabría esperar de una tesis doctoral, para lo cual debe direccionarse la propuesta curricular de este programa doctoral a fin de garantizar esa clase de producción de conocimiento.

La reconstrucción epistemológica del espacio disciplinar específico de la Arquitectura y el Urbanismo, a la que apunta este proyecto doctoral,propone una instancia de autonomía respecto del perfil profesionalista, pero no necesariamente para abjurar o distanciarse de la capacidad de actuación profesional, sino más bien para investigar en las formas de ampliar esa actuación de cara a necesidades sociales más amplias dentro de un campo más complejo cual es la construcción social de la ciudad.

La Arquitectura, como campo o espacio disciplinar, implica una dimensión que necesariamente debe ser entendida como área específica de conocimiento, además de la dimensión operativa que ha preferido el enfoque profesionalista al entenderla como práctica técnica.

La recuperación del estatuto cognitivo de la Arquitectura como espacio epistémico específico, resulta necesario para indagar en posibles sustratos ontológicos (además de históricos) de ese saber, alrededor de aspectos basales como una Teoría General del Habitar y, en general, en procura de constituir un campo de conocimiento sobre las formas técnicas del hábitat en relación con los modos sociales del habitar, que como espacio cognitivo es mucho más amplio que el recorte de las prácticas profesionalistas. Es decir, se trata de resolver o profundizar primero el conocimiento de qué es la arquitectura, mucho más consistente que centrarla en un mero suministro de prácticas proyectuales profesionalistas.

En esa dirección la noción de proyecto –expresión latina acuñada en el Renacimiento– debe ser repensada no como el vehículo técnico de la prestación profesional, sino como una vía específica de producción de conocimiento ya que, hipotéticamente, podríamos decir que el proyecto podría ser más un proceso cognitivo –en tanto modalidad específica de la Arquitectura de acceder al conocimiento de lo real– que un producto técnico –en tanto forma de establecer la práctica profesional–.

El Urbanismo implica el espacio de conocimiento de un objeto particularmente complejo como es la ciudad, aunque se trate de una noción relativamente reciente. En realidad, esta noción fue restringiéndose más al conocimiento de la forma de la ciudad antes que, genéricamente, al objetivo más complejo e inclusivo que resultaría de intentar aprehender cognitivamente el objeto ciudad, en tanto forma, pero también en tanto funciones e interacciones complejas entre las formas y los usos, las actividades y prácticas sociales del funcionamiento de las ciudades y sus diferencias, a lo largo del tiempo y las geografías. De ese campo surgió una actividad aún más reciente como la del Planeamiento, entendido como el saber apto para la producción de planes y en tal dimensión, sería preciso profundizar el cometido epistémico del espacio disciplinar del Urbanismo, de modo que el plan pueda verse en modo análogo al proyecto, tanto como instrumento de conocimiento como, más restrictivamente, dispositivo técnico práctico.

Bajo esta fundamentación epistemológica el presente proyecto de Doctorado se propone el cometido institucional de constituirse en un espacio formativo de excelencia científica y académica, a la vez que un espacio de investigación generador de conocimientos que haga que la Arquitectura y el Urbanismo trascienda sus dimensiones dominantemente operativas y profesionalistas y estudie objetos complejos como el edificio y la ciudad (y sus modelos de análisis y transformación: el proyecto y el plan) aportando una nueva comprensión de aquellas dominancias. De esta forma, estos objetos complejos se podrán vincular más sistémicamente con problemáticas genéricas de la época histórica, explorando espacios de saber que mejoren, integren y amplíen la perspectiva de entender la complejidad de la construcción social de la ciudad, y así aporten nuevas soluciones a sus demandas y problemáticas.